Reseña: Master Sword - Toying With Time





Alguien, cuya identidad no recuerdo, me dijo una vez: “Los heavys ya no existen, ahora lo que hay son hekis (heavy + friki)”. Con ello lamentaba que las nuevas generaciones de metalheads se alejaban de los cánones antiguos y abrazaban la cultura geek en cualquiera de sus formas. No voy a entrar a valorar si esto es cierto, ni a discutir si este supuesto cambio es positivo o negativo. Solo rescato esta anécdota porque hoy, para celebrar la resurrección de este humilde blog, os traigo el nuevo disco de una banda que abraza y celebra sin el más mínimo tapujo la unión entre el metal y la cultura nerd. Con todos ustedes: Master Sword, una banda cuyas letras están inspiradas en la saga de videojuegos The Legend of Zelda. Así que coge tu espada y tu escudo, cuélate en casa de tu vecino, rompe todas las vasijas que veas para acaparar unas cuantas rupias, y acompáñame a librar al mundo de Termina de su ciclo perpetuo de destrucción.

(Nota del redactor: dado que la temática da juego a ello, esta reseña va a estar bien nutrida de referencias freaks que puede que no todo el mundo entienda).

Una breve presentación para ponernos en situación. La banda nace en Washington DC en 2013, de la mano del guitarrista y teclista Matt Farkas, como un proyecto de power metal con influencias de metal progresivo. No voy a entrar en la identidad de los músicos que le acompañan, pues la inestabilidad ha sido la norma en buena parte de su andadura y no quiero alargar más de la cuenta esto. Su EP debut, ‘Epoch’ (2015), pese a su limitada producción fruto del bajo presupuesto, llamó la atención por lo peculiar de su propuesta: un homenaje a la saga de Zelda y a la música que le ha acompañado. Y lejos de simplemente limitarse a reproducir los temas originales con otro estilo, los expande y reinventa con letras de escritura propia. En 2018 publican su primer larga duración, ‘Shadow and Steel’, con una alineación renovada y temas más trabajados. Este disco, aunque todavía mejorable en producción, y un tanto irregular en sus composiciones, supone un claro salto de calidad. También marca la llegada de Lily Taylor (que recientemente adoptó el pseudónimo de Lily Andromeda), vocalista cuya portentosa voz se convertiría en uno de los pilares fundamentales de la banda, así como la entrada del talentoso batería Andy Stark.




El verdadero paso de gigante llega con ‘The Final Door’ (2019), su segundo álbum, en el que suman al virtuoso guitarrista Kojo Kamya. Un disco absolutamente maravilloso, donde se incorporan elementos sinfónicos a la fórmula, donde la producción alcanza un nivel totalmente profesional, y que nos ofrece composiciones mucho más trabajadas. De hecho, aquí las influencias de las melodías originales son más sutiles, y salvo excepciones son más un guiño que otra cosa. Tras el parón obligado por la pandemia y cambios en su formación, completan el grupo con el bajista y productor Will Lopez. Ahora, después de una larga espera, nos presentan su tercer álbum, ‘Toying With Time’.

Este tercer larga duración, producido por el citado Will Lopez, salió a la venta el pasado 17 de enero, dándose la deliciosa casualidad de casi coincidir con la revelación de la nueva consola de Nintendo (parece hecho aposta). Aunque el álbum lleva grabado varios años, desde que iniciaron una campaña de Kickstarter en 2022, este no ha sido lanzado hasta este año debido a problemas en el proceso de mezcla. En cualquier caso, retrasos aparte, la banda continúa con su particular homenaje a Zelda, pero esta vez con un enfoque especial. Un álbum conceptual centrado en Majora's Mask, uno de los títulos más reconocidos de la saga. Y en esta ocasión, más allá de algún guiño sutil, es un disco totalmente original, abandonado por completo cualquier atisbo de “banda de covers” que les pudiera quedar. Confieso que no he jugado a este videojuego, y para ser sincero tampoco soy especialmente fan de la serie. Por lo que desconozco hasta qué punto se reflejan las influencias (me he documentado un poco antes de escribir esta reseña, pero poco más). Lo que por otra parte es señal de que mi lado más geek no influirá en la valoración de este trabajo. Aquí nos vamos a centrar exclusivamente en lo musical. Así que tras escucharlo debidamente, my body is ready, y me dispongo a mostraros que tienen estos agradables muchachos que ofrecer.

El viaje arranca con ‘The Salesman’, un medio tiempo que deja claro por dónde irán los tiros en esta aventura. Las influencias sinfónicas ganan aún más protagonismo, y el tono es notablemente más oscuro. Un poderoso inicio pronto quiebra en un pasaje tétrico y misterioso, al ritmo de campanas tubulares que evocan los momentos más inquietantes de Majora's Mask. Con aires teatrales cercanos a la ópera rock, Lily Andromeda muestra un registro más amplio que nunca, moviéndose como zora en el agua en un estilo que roza el Broadway más épico. El tema va in crescendo en intensidad hasta explotar con el inicio de ‘Dance of the Demon’. Este segundo track, por su parte, resulta ser mucho más heavy y directo, añadiendo algún que otro ramalazo hard rockero. A pesar de su mayor intensidad, se siente como una extensión natural del tema anterior. Llegados a la mitad nos encontramos con un breve momento de calma, con el tono tétrico que recuerda lo que escuchamos minutos antes. El cual no es más que el ojo del huracán, y da paso a una épica cañera que nos arrolla con más fuerza que nunca para terminar la canción.



‘How You Hide’ es el tercer corte, y ya lo habíamos escuchado como primer adelanto hace bastantes meses. Debo admitir que, en su momento, no me terminó de convencer. Sin embargo, al escucharlo en el contexto adecuado (junto con el resto del disco), ha acabado ganándome. Este tema profundiza en el lado más heavy de la banda y probablemente sea el que más recuerda a sus discos anteriores. Además, cuenta con la colaboración del Profesor Shyguy en las voces (identidad real desconocida para mi). Claro contraste con ‘Shadows of the Mind’, precisamente el segundo adelanto. Con el cual volvemos a los aires tétricos que habíamos dejado atrás. Es posiblemente el tema más oscuro del disco, con una atmósfera cargada de voces guturales y coros operísticos. Tras un interludio con tintes de rock progresivo, el tema culmina de la forma más épica imaginable. Si a estas alturas no te has engorilado ya, y no sientes la necesidad de enfrentarte a Ganondorf a pecho descubierto con una lanza boko como única arma, es que tu trifuerza interior está seriamente desequilibrada.

(Nota del redactor: ok, con esta última referencia me he pasado. Me cortaré un poco de aquí en adelante).

Llegamos al ecuador del disco con ‘My Last Breath’, donde el Profesor Shyguy vuelve a hacer acto de presencia en el tema más emotivo del mismo. Se trata de una hermosa balada en la que el piano asume el protagonismo, como si nos transportara a los momentos más melancólicos del Song of Healing. Fiel a la dinámica del disco, el tema crece en intensidad poco a poco, alcanzando un apoteosis final digno de quitarse la gorra. Para dar paso al tema que da título al álbum, ‘Toying With Time’. Una pieza de enfoque heavy, directo a la yugular, que recuerda por momentos a los Helloween de la segunda mitad de los 90. Aquí, los efectos sonoros de reloj juegan un papel crucial, girando en torno a la idea del bucle temporal y el tiempo distorsionado, conceptos que son la esencia misma de Majora's Mask.




Para el penúltimo tema, Master Sword se guarda sus ideas más progresivas. ‘Son of Stone (Winter’s Requiem)’ marca un claro punto de quiebre en el disco. Aquí deciden dejar atrás la oscuridad y nos regalan una suite de 11 minutos y medio que recuerda a los años dorados de Kansas o Styx (a estos últimos les homenajearon hace un par de años). A pesar de lo que sugiere la palabra requiem en el título, este es el tema más alegre del álbum, y ofrece una gran variedad de pasajes, manteniendo en todo momento esa aura progresiva que parece sacada directamente de los años 70. Los teclados cobran un mayor protagonismo, pintando bellos paisajes sonoros sin desviarse del tempo medio. Un breve pasaje a modo de outro retoma los efectos de distorsión temporal, solo que en esta ocasión en vez de evocar tensión, transmite melancolía e insinúa una despedida.

Pero la alegría no dura eternamente, pues tras un amago de intro semi-acústica que parecía presagiar un tema tranquilo a modo de cierre, en ‘Child of the Night’ la oscuridad vuelve de forma sorpresiva y con fuerza, resistiéndose a ceder su protagonismo en este último track. Como escenificando cierta escena del fragmento final del juego, la cual no revelaré por no hacer spoiler. En este cierre épico, Master Sword retoma el tono grandilocuente que caracteriza los momentos más intensos del disco. Es un tema poderoso, cargado de rabia y dramatismo, que parece evocar el conflicto interior que atormenta al antagonista del juego. Con el cual se da punto y final a esta aventura, quizás de una forma un tanto abrupta.




A modo de resumen, un disco excelente que he disfrutado como un cerdo revolcándose en una charca (sin exagerar, lo he escuchado tres veces en menos de 24 horas). Este trabajo marca una etapa de gran madurez musical para la banda de Washington, sin renunciar a esa idea que, hace 12 años, podía parecer poco más que una frikada absurda. Se nota que le han puesto todo el cariño del mundo, con esa pasión desbordada que solo el colectivo geek sabe transmitir.

Podría decir que me encantaría verles de gira algún día por Europa presentando el disco (por España imagino que sería imposible, y no digamos ya en Mallorca). Por lo visto en YouTube, daban un espectáculo realmente divertido. Pero, lamentablemente, al menos a corto plazo, no va a ser posible. Pues hace un par de años que la banda publicó que abandonaban toda actividad en directo, así como dejaban en suspenso algunos proyectos, como la grabación de videoclips y la regrabación de algunos temas antiguos. Y por el momento nada indica que la cosa cambie. Una auténtica lástima. El tiempo dirá si estamos ante los últimos coletazos de una banda que mereció más, o si, permitidme una última referencia a la saga de Zelda, surge un nuevo Link que nos lleve de vuelta a más aventuras en el futuro. Rezo a Hylia para que sea lo segundo.
 
Reseña escrita por Jesús García
 

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