Hay proyectos y proyectos, amigos. Proyectos que salen y nadie se entera o pasan absolutamente desapercibidos y proyectos que, antes de nacer, ya te hacen arquear una ceja y decir "ojocuidao, que estos controlan". Y es que claro, en este caso, Bis·nte se presenta como un nuevo proyecto del sr. Vicente Paya (Golgotha, Unbounded Terror, Shock Wave, etc.) junto a María J. Lladó (de la que conocimos sus capacidades en el tema homónimo del último trabajo de Golgotha) a las voces, Andrea Trujillo (Yoko Factor, Vanity Rose, Metacorc...) al bajo, y Pablo Herrero (Vanity Rose, Yoko Factor...) a la batería, intercambiando, maomeno, los puestos de estos dos en el dúo Yoko Factor. Con ello presentan un proyecto de Stoner/Doom, influenciado por bandas como Monolord, Conan, Avatarium o Electric Wizard, por ejemplo, que nace bajo el amparo de Xtreem Music y que nos presenta un primer álbum de corte conceptual que habla de una historia sobre la invasión y destrucción por parte de seres externos de todo lo que algunos creen, poseen y aman sin preocuparse por lo que tienen que hacer para derrotarlos y conservar su estilo de vida. Fue grabado en los Black Night Studios, en Palma, y la mezcla y el master son cosa de Jordi Vaquero en sus estudios de Boveda del Sol en Barcelona.
Así, encontramos unos seis cortes en los que predominan los sonidos pesados y lentos con una guitarra y un bajo gruesos mezclados con la dulzona voz de María, muy adaptada a los pasajes ambientales que busca ofrecer la banda. No conviene olvidarnos lo mencionado arriba, que es un proyecto que está en pañales, por lo que lógicamente en algunas composiciones se notarán ciertas influencias, inevitablemente, y la banda tiene que acabar de conjuntarse del todo para acabar de encontrar un sonido más propio. Dicho esto, las composiciones que conforman el disco son realmente interesantes, claramente obra de alguien que controla bastante cómo funciona el estilo, y sin duda van ganando poderío a base de escuchas.
Bajo una capa desértica y árida, el álbum nos recibe con "Our Home", el que fue primer adelanto, y que destaca por una labor bastante currada en la guitarra por parte de Vicente, jugando con melodías y efectos que le dan un aire misterioso al tema mientras María arrastra su voz de forma casi melancólica entre algún gutural fantasmal de Vicente. Seguimos con "Two Worlds", lo más parecido a un single que podemos encontrar en el álbum, siendo algo más sencilla que las demás y mostrándose como el tema ideal para que quien no está habituado al género empiece a pillarle el gustillo. Ojo, con ello no quiero decir que sea un tema simplón de estribillo pegadizo precisamente, entiéndaseme, pero sí que se hace más 'asimilable' que otros cortes como la siguiente, "Where Strangers Reside", lenta, agónica, con Vicente y Andrea uniendo fuerzas a las cuerdas para darle el grosor que necesita y generar una atmósfera totalmente envolvente.
Tras el ecuador del disco se viene "The Arrival Of Our End", un tema al que hay que darle de comer aparte y no solo por su extensa duración (casi en los once minutos). Enlazándose con el final del anterior corte, guitarra y bajo protagonizan la intro generando una atmósfera desconcertante antes de romper con un riff más pesado que un político en campaña y adentrarnos en unos sonidos cavernosos y muy oscuros, en los que parece que cada golpe de guitarra te rasga la piel. Atención, también, a algunos de los pasajes del tema en los que, si no voy equivocado, es el sr. Amón López (Golgotha) quien mete unas voces en tono narrador que aumentan el grado de oscuridad que envuelve este gran tema. Ya os he dicho que era para darle de comer aparte. Seguidamente, y acercándonos al final, el tema título, "Ancestral Punishment" aprieta ligeramente el acelerador y ofrece un dinamismo necesario al disco, siempre sin dejar de variar en diferentes pasajes atmosféricos que ya son parte del sonido de Bis·nte, pero ofreciendo un aire más fresco al conjunto antes de dejarnos con el último corte, "A New Beginning", un outro suave, en el que sonidos acústicos y la voz de María, todo un descubrimiento con potencial para ir buscando más texturas en un futuro, despiden Ancestral Punishment con calma después de la paliza sónica que ha supuesto el álbum.
Y hasta aquí el debut de Bis·nte. Un muy buen trabajo para que los seguidores del género lo disfruten, para los demás puede ser más complicado de asimilar debido a su inevitable densidad y a esa lentitud pantanosa tan arraigada al estilo, pero a base de escuchas, paciencia y encontrarle el momento adecuado, se acaba desmarcando como un disco más que notable para cualquiera que se le acerque. Sí siento que al sonido final le falta un puntito más de contundencia a la parte instrumental, pero no tengo ni puta idea de mezclar, así que tampoco me hagáis mucho caso, y también destaco para bien lo logradas que han quedado las diferentes atmósferas que envuelven el álbum. Más allá de eso Ancestral Punishment es una magnífica puesta de largo para un proyecto que ha nacido con ganas y que apunta a ser más que interesante en un futuro no muy lejano.
Comentarios
Publicar un comentario