Cinco largos años han pasado, amigos, desde que comentásemos en este blogucho el LP debut de los mallorquines Taste My Sweet Revenge, ese The Last Sent, que los ponía en el mapa con una propuesta que jugueteaba con el Groove, el Metalcore, pinceladas progresivas y electrónica en una propuesta muy propia y, sobre todo, poco vista antes en esta isla. Ahora, por fin, regresan este 2020 tras haberse pateado media Europa con los daneses Raunchy y tras haber renovado la formación, quedándose actualmente Maikel Gmz (Vocales y Electrónica), Miquel Julià (Guitarra solista),
César Rodríguez (Guitarra rítmica) y Pedro Martínez (Batería) al mando de este bicho tan majete que ha editado Us Against The World, su segundo trabajo. El disco ha sido grabado en los Psychosomatic Recording Studio de Miguel Ángel Riutort "Mega", quien le ha impreso su sello personal, que no es otro que exprimir hasta la última gota de talento de cada músico que pasa por sus manos, al igual que hizo en el debut y como ha hecho con muchas otras bandas de Mallorca y fuera. El artwork, curradísimo, vuelve a ser obra de Mai Visualart.
En Us Against The World lo primero que encontramos es un subidonaco tremendo en lo que viene siendo la oscuridad y agresividad que envuelven los temas, el disco suena mucho más cafre, sobre todo en la voz de Maikel, que suena con mucho más cuerpo, y sumándole a ello la ausencia de las voces limpias que aportó el omnipresente Jose Joyas en The Last Sent, siendo todo el protagonismo para la tralla burra en ese aspecto. Además de todo esto, la electrónica ha dejado de ser un mero acompañante con picos de protagonismo puntuales en temas como Genkindama o el interludio central de Demon Inside Me, para alzarse con un mayor protagonismo, siempre siguiendo mucho el estilo de la banda, en prácticamente todos los temas, dándole al álbum una ambientación total de videojuego retro, su gran especialidad, y sumándole adeptos con una ambientación bien lograda que le aporta otro dinamismo a los temas que lo componen.
Entrando en los temas que lo conforman, este álbum se constituye de doce cortes de notable nivel, destacando algunos como el tema título, Us Against The World, un single de manual en el que se resumen muy bien las grandes señas de la banda, muy potente y que se acaba haciendo pegadiza, al igual que Awaken The Serpent, uno de mis favoritos con Maikel mostrando una evidente evolución a nivel vocal, como he comentado arriba, pero destacando en este tema en concreto, donde consigue sacar muchos más matices y sonar más agresivo que de costumbre o Klyntar, otro de mis favoritos del álbum, con la electrónica como principal protagonista luciendo muy bien (quién me iba a decir a mi hace unos años que iba a soltar cosas así...) y destacando como uno de esos temas que van ganando fuerza a cada escucha, aunque suene a topicazo. Tal vez en algunos momentos el disco peca un poco de repetir estructuras en algunos temas, pero la buena variedad de riffs y el buen uso de la electrónica le aportan el dinamismo que necesita para ayudar al disfrute de cada escucha. También destacaría cortes como Titan, con mención especial a Pedro Martínez en su labor a los parches, exhibiendo una gran pegada, la jodidamente épica Thanatos, o Final Boss, que se muestra como una de las piezas más sólidas de todo el álbum justo antes de cerrarlo con un logradísimo cover de la banda sonora del videojuego Primordia, muy acorde con el sello personal de Taste My Sweet Revenge.
Entrando en los temas que lo conforman, este álbum se constituye de doce cortes de notable nivel, destacando algunos como el tema título, Us Against The World, un single de manual en el que se resumen muy bien las grandes señas de la banda, muy potente y que se acaba haciendo pegadiza, al igual que Awaken The Serpent, uno de mis favoritos con Maikel mostrando una evidente evolución a nivel vocal, como he comentado arriba, pero destacando en este tema en concreto, donde consigue sacar muchos más matices y sonar más agresivo que de costumbre o Klyntar, otro de mis favoritos del álbum, con la electrónica como principal protagonista luciendo muy bien (quién me iba a decir a mi hace unos años que iba a soltar cosas así...) y destacando como uno de esos temas que van ganando fuerza a cada escucha, aunque suene a topicazo. Tal vez en algunos momentos el disco peca un poco de repetir estructuras en algunos temas, pero la buena variedad de riffs y el buen uso de la electrónica le aportan el dinamismo que necesita para ayudar al disfrute de cada escucha. También destacaría cortes como Titan, con mención especial a Pedro Martínez en su labor a los parches, exhibiendo una gran pegada, la jodidamente épica Thanatos, o Final Boss, que se muestra como una de las piezas más sólidas de todo el álbum justo antes de cerrarlo con un logradísimo cover de la banda sonora del videojuego Primordia, muy acorde con el sello personal de Taste My Sweet Revenge.
Está claro que en este Us Against The World tenemos unos Taste My Sweet Revenge más sólidos y consolidados, y sobre todo más firmes en su propuesta de mezclar Metal (metalcore, groove, death, progresivo, loquelessalgadelciruelo...) y electrónica de lo que lo estaban en su debut, conscientes de que es el factor que más les diferencia del resto de la escena, al menos, de la isla y esta vez sí lo explotan de verdad, sin miedo, sin timidez, a saco, como debe ser. A partir de ahí tenemos un disco muy compacto, con un buen puñado de temas muy disfrutables y que se hace muy entretenido en todo momento, cuando parece que los ves venir te sorprenden, no se hacen previsibles y suenan como una jodida apisonadora, así que nada, muy buen trabajo.
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