¿Oléis eso? Huele como a iglesia quemada... a vocalista recién suicidado en la contraportada de un disco... a música sin lavar. Huele a Inferitvm, amigos. La banda mallorquina que viene a devolver la autenticidad al Black Metal de toda la vida y lo hace con un disco totalmente cargado de malas intenciones. Formados en 2015 y ya con un LP y un EP a sus espaldas, estos hijos de Ihsahn vienen con su nuevo trabajo de larga duración, editado bajo el sello finlandés Inverse Records, que hace tiempo que me manda material y les hago muy poco caso pese a que no curran mal. En cuanto al rollo que llevan, pues lo suyo es remezclar influencias de la escuela noruega que originó el género, con producciones sucias que dejan que sea la agresividad de su sonido la que haga todo el trabajo de machacar el cráneo del oyente. En el aspecto individual no puedo evitar enaltecer la voz de Sorcerer, quien destaca por una buena versatilidad de registros, abriéndose continuamente a experimentar y evitando cantar siempre igual, cosa que aplaudo porque pocas cosas me enervan más que un tío cantando con el mismo registro todo un disco o incluso en todos sus grupos independientemente de sus estilos. Por su parte, la aportación de Aghanazzaral al bajo
le da muchísimo cuerpo a los temas y Lord Insekkton no pierde la
oportunidad de dejar su marca personal a la guitarra solisita mientras
Barg conduce desde la batería con una poderosísima pegada y buena variedad de registros. Son cuatro
musicazos, creedme, los conozco bien y sé que son cuatro tipos que no
paran de intentar mejorar, aprender e incorporar cosas nuevas a sus repertorios y que, en Inferitvm, sueltan
la vertiente más cafre de su repertorio.
En el disco encontramos un sonido realmente orientado a los orígines del género, bajo una producción muy sucia e intencionalmente descuidada, olvidándose de insulsa parafernalia y centrando su atención en la esencia primigenia del sonar todo lo crudo, cafre y libre que te apetezca, transmitiendo actitud y agresividad en cada segundo del trabajo. En cuanto al concepto, este gira alrededor de las historias recogidas en algunos libros prohibidos durante siglos e Inferitvm nos quieren comentar la parte desconocida de estas obras, orientando la atmósfera de los temas de The Grimoires a cada uno de los rituales y demás historias que aparecen en ellos, todo eso se concentra en composiciones crudas, que no esconden epicidad ni melodías, pero cuya impronta principal es la brutalidad descarnada y visceral de la que la banda siempre hace gala.
En el disco encontramos un sonido realmente orientado a los orígines del género, bajo una producción muy sucia e intencionalmente descuidada, olvidándose de insulsa parafernalia y centrando su atención en la esencia primigenia del sonar todo lo crudo, cafre y libre que te apetezca, transmitiendo actitud y agresividad en cada segundo del trabajo. En cuanto al concepto, este gira alrededor de las historias recogidas en algunos libros prohibidos durante siglos e Inferitvm nos quieren comentar la parte desconocida de estas obras, orientando la atmósfera de los temas de The Grimoires a cada uno de los rituales y demás historias que aparecen en ellos, todo eso se concentra en composiciones crudas, que no esconden epicidad ni melodías, pero cuya impronta principal es la brutalidad descarnada y visceral de la que la banda siempre hace gala.
Una buena muestra de todo lo comentado en el anterior párrafo la podemos encontrar, directamente, en la inicial Codex Gigas, que ataca sin piedad en una locura sónica agresiva y deja paso al cojonudo tridente que conforman Clavicula Salomonis, que destaca por sus riffacos y las voces de Sorcerer, que parecen de un Ihsahn distorsionado por sus propias cuerdas vocales, Malleus Maleficarum, con unas melodías y unos teclados endiablados, y Goetia of Shadows, que en todo su conjunto me parece de lo más brillante del disco, con ello tenemos tres cortes blasfemos, malignos y con toda la esencia del rollo, que conforman un equipo sólido para que la primera mitad del disco ya te haga decir "coño, esto es bueno". Los riffs, los ritmos y las voces van a su puta bola, no hemos venido desde las cloacas de Noruega para seguir tus estructuras de mierda, amigo, venimos del puto caos y puto caos es lo que te vamos a dar. El disco en sí es complicado de asimilar a primeras escuchas, pues está a medio hacer a nivel de producción, huele mal, tiene moscas alrededor y rezuma una mezcla de sangre rancia, cadáver de tres meses, fosa común y baño de festival al sol, además de eso su pestazo se prolonga durante algo más de una hora, pero es ideal si quieres convertir tu equipo de música en una puerta al infierno por la que puedas ir al otro lado a comprar unas litronas de Aurum. Otro temarral ultra-cabrón es Liber Lux Tenebris, a la que el tema teclados le da un aire aún más malévolo, pasa que le sigue la acojonante Occulta Philosophia y queda empequeñecida, como el resto del trabajo, ante el que para mi es el tema estrella, una avalancha de ruido jodidamente salvaje que se alarga en siete minutos y pico y aún se queda corto. De cara al final, De Praestigiis Daemonum te tira otra paliza de buen Metal Extremo antes de que la épica y ceremonial De Umbrarum Regni cierre el trabajo de la mejor forma posible.
Cierto es que Inferitvm no han venido a reinventar el Black Metal, ni siquiera es su intención, ellos son cuatro engendros que han venido desde ahí abajo a repartir cera y a homenajear a la escuela noruega y punto. Más allá de eso, una vez te metes en The Grimoires, no sales hasta que acaba, amigo. Lo mejor que tiene el disco es que, pese a lo largo que es, no hay relleno, la banda ha echado el resto en sus composiciones y los once cortes, intro incluida, están porque tienen que estar y todos mantienen un nivel estable a lo largo de la obra. Al final, Black Metal como tiene que hacerse: crudo, visceral, fétido, terriblemente agresivo y visceral. Lo tiene todo para que vaya a ser muy difícil ver un trabajo mejor de Black Metal en todo el país a lo largo de 2019.
Cierto es que Inferitvm no han venido a reinventar el Black Metal, ni siquiera es su intención, ellos son cuatro engendros que han venido desde ahí abajo a repartir cera y a homenajear a la escuela noruega y punto. Más allá de eso, una vez te metes en The Grimoires, no sales hasta que acaba, amigo. Lo mejor que tiene el disco es que, pese a lo largo que es, no hay relleno, la banda ha echado el resto en sus composiciones y los once cortes, intro incluida, están porque tienen que estar y todos mantienen un nivel estable a lo largo de la obra. Al final, Black Metal como tiene que hacerse: crudo, visceral, fétido, terriblemente agresivo y visceral. Lo tiene todo para que vaya a ser muy difícil ver un trabajo mejor de Black Metal en todo el país a lo largo de 2019.
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