Cuando eres el líder de un proyecto que es clave dentro del Metal Extremo y decides retomarlo después de tantos años, tienes que estar jodidamente convencido de que vas a darle vida sacando un material perfectamente digno del legado que en su momento dejaste, ¿verdad? Quiero decir, para qué vas a despertar a una bestia como es el caso de Vidres A La Sang para luego ponerla a cantar nanas. Pero claro, aún así, uno siempre tiene ese miedo cuando se enfrenta al disco de regreso de estos... ¿Estarán a la altura? ¿Será este material digno de lo que uno entiende por Vidres A La Sang? Verás como saquen una cagurria... pero claro, estamos hablando de una de las bandas más potentes del underground nacional, no van a ir de farol. Así pues, nueve años después de Som y ocho tras su separación, Eloi ha resucitado a su bebé y, gracias a la ayuda de Hecatombe Records, Blood Fire Death, i Discos Macarras, soy un privilegiado al poder tener en mis manos un nuevo trabajo de esta gente y darle vueltas y vueltas desde hace ya unas semanas, sin ser capaz de hablar bien de él hasta ahora (y aún así...).
En Set De Sang la banda retoma el camino del Black Metal en catalán por dónde lo dejó, sumado a años de madurez que se incorporan inevitablemente a nuestras personas y rugiendo con una enorme fuerza tras un excesivo reposo. Con todo eso, Vidres A La Sang han regresado por todo lo alto con un disco que vuelve a poner su nombre en letras de oro en el Metal Extremo de por aquí. Así de claro, amigos. Desde que el disco arranca con la acojonante Els Vents Bufen A Favor (que ya escuchamos como adelanto) la sucesión de temazos y momentazos incluidos en cada uno de los mismos es imparable. Este primer tema nos introduce en un bucle de baterías, riffs y oxidados bajos del que cuesta salir, sobre todo cuando te mete en esa espiral final en la que repite el título una y otra y otra vez, atrapando tu alma en los cristales ensangrentados que conforman la portada, obra de Elisabet López. El envolvente Black Metal de la banda sigue manifestando fuerza en todo el conjunto de Emergiré, que va a más a medida que avanza el minutaje. Las voces limpias, predomintantes en el disco, ayudan a aportarle algo de ligereza a los temas y el bueno de Eloi tiene una admirable capacidad para lograr clavarte sus frases en el interior de tu cerebro.
He pasado totalmente por encima del detalle de las letras, que merecen una atención aparte. En ellas se reflexiona (según palabras de la propia banda) sobre temas como la falta de concordia representante de nuestros tiempos, en el ensimismamiento de nuestra sociedad, en las juventudes rasgadas, en las luces y sombras del pasado, en la fraternidad perdida o el rechazo tanto del intelecto sectario como de la superficialidad de modas y eslóganes, además de adaptar algunos poemas del mítico Miquel Martí i Pol a algunas de sus letras. Los mensajes que contienen son dignos de leer, estudiar y reflexionar sobre ellos.
Los latidos de bajo de Miraré de No Tornar-me a Perdre, en la que colabora Martín Mendez, bajista de Opeth, dan lugar a la etapa que se me hace más densa y visceral del disco, con temas cuyos bailes de guitarras y voces generan atmósferas pantanosas y desalentadoras como también ocurre en la siguiente El Mur, donde la voz se torna más oscura y maligna que nunca mientras las guitarras caen cual péndulo, o en la apisonadora en forma de tema que es El Poble Redemptor. Tampoco se quedan cortos soltando inquietudes compositivas en los nueve minutos de Som Pelegrins, que se van acercando lentamente mientras va jugando con la intensidad de su sonido y con tus nervios de oyente con unas guitarras de mano de Eloi y Albert Martí que lucen todo su poderío con fuerza en sus interminables pasajes instrumentales. El tema es la guinda perfecta para el disco aunque no sea el cierre del mismo, dejando ese honor a la machacona y cambiante L'Òrbita del Cor.
Si tienes que revivir a una banda mítica, que sea así. El legado de Vidres A La Sang sigue intacto tras un gran regreso que está triunfando en las críticas de todo el mundo y con razón. Set De Sang está conformado por siete temas que son una oda al Metal Extremo al que estos tipos de Terrassa siempre le han puesto su sello personal. Tanto el conjunto instrumental, como las voces, las letras y las atmósferas que sus conjuntos generan, hacen de Set de Sang un disco absolutamente imprescindible para los oídos de cualquier seguidor del Metal Extremo pues estamos, claramente, ante uno de los discos del año. Es, simplemente, estratosférico.
He pasado totalmente por encima del detalle de las letras, que merecen una atención aparte. En ellas se reflexiona (según palabras de la propia banda) sobre temas como la falta de concordia representante de nuestros tiempos, en el ensimismamiento de nuestra sociedad, en las juventudes rasgadas, en las luces y sombras del pasado, en la fraternidad perdida o el rechazo tanto del intelecto sectario como de la superficialidad de modas y eslóganes, además de adaptar algunos poemas del mítico Miquel Martí i Pol a algunas de sus letras. Los mensajes que contienen son dignos de leer, estudiar y reflexionar sobre ellos.
Los latidos de bajo de Miraré de No Tornar-me a Perdre, en la que colabora Martín Mendez, bajista de Opeth, dan lugar a la etapa que se me hace más densa y visceral del disco, con temas cuyos bailes de guitarras y voces generan atmósferas pantanosas y desalentadoras como también ocurre en la siguiente El Mur, donde la voz se torna más oscura y maligna que nunca mientras las guitarras caen cual péndulo, o en la apisonadora en forma de tema que es El Poble Redemptor. Tampoco se quedan cortos soltando inquietudes compositivas en los nueve minutos de Som Pelegrins, que se van acercando lentamente mientras va jugando con la intensidad de su sonido y con tus nervios de oyente con unas guitarras de mano de Eloi y Albert Martí que lucen todo su poderío con fuerza en sus interminables pasajes instrumentales. El tema es la guinda perfecta para el disco aunque no sea el cierre del mismo, dejando ese honor a la machacona y cambiante L'Òrbita del Cor.
Si tienes que revivir a una banda mítica, que sea así. El legado de Vidres A La Sang sigue intacto tras un gran regreso que está triunfando en las críticas de todo el mundo y con razón. Set De Sang está conformado por siete temas que son una oda al Metal Extremo al que estos tipos de Terrassa siempre le han puesto su sello personal. Tanto el conjunto instrumental, como las voces, las letras y las atmósferas que sus conjuntos generan, hacen de Set de Sang un disco absolutamente imprescindible para los oídos de cualquier seguidor del Metal Extremo pues estamos, claramente, ante uno de los discos del año. Es, simplemente, estratosférico.
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