Termina otro año para La Poza, un proyecto que pensaba que duraría tres meses y ya van tres años. Y es por culpa de los tres o cuatro locos que la leen y los tres o cuatro que colaboran. Ha sido un año raro, la cosa iba para abajo (hablo de motivación) hasta que celebramos la primera fiesta de la página EN EL PUTO FRAGUEL con dos grupazos como LOS PUTOS OESTE y LOS PUTOS THE BURDEN BAND (Helevorn). Yo que sé, el rollo de que una banda de nivel internacional (porque lo son, colega, te guste o no) se apunte a tocar en nuestra fiesta fue como una pastilla de viagra cuyo efecto ha durado unos seis meses.
Una vez más, como de costumbre, os agradecemos que estéis ahí, al otro lado de la pantalla dando apoyo a esta página, cuyo único objetivo es, valga la redundancia, dar apoyo a la escena metalera. Antes de liarme a comentar los 17 discos que me han molado más, me queda soltaros el topicazo de que 2018 debe ser un año cojonudo para vosotros y pediros que no dejéis de apoyar vuestra escena local y todas esas mierdas.
Y ahora vamos allá (el orden es totalmente aleatorio salvo los 5 primeros, que sí son, indiscutiblemente, mis 5 discos favoritos de este año):
Sólstafir - Berdreyminn.
Los islandeses Sólstafir son de esas bandas con una magia única en su sonido. De esas que, hagan lo que hagan, les sale bien. Un disco íntimo, con unas atmósferas delicadas y una interpretación tanto vocal como instrumental que te deja helado pese a no entender ni papa de lo que dicen (el disco es en islandés). No sabía si al final lo iba a meter aquí, pero es que no puedo negar que Berdreyminn ha hecho que me enamore definitivamente de Sólstafir, así que...
Evil Invaders - Feed Me Violence.
La nota clásica de la lista. No ha sido un año muy propicio para el rollo clásico, al menos dentro de lo que piloto, pero sí puedo destacar el segundo trabajo de los belgas Evil Invaders. Unos jovenzuelos hambrientos, con ganas de soltar el mejor Speed Metal a full, zapatilla gruesa, actitud, cuero y tachuelas sin sonar rancio. Estos chavales vienen pisando muy fuerte desde hace tiempo y Feed Me Violence solo viene a confirmar que molan un huevo. Ábrete una cerveza, suéltate la melena y ponte este discazo, que te va a molar.
Santo Rostro - The Healer.
Sí ha año prolífico para las mezclas de Stoner, Doom y similares (hay varias propuestas del rollo en la lista). Y, dentro de estos estilos, Santo Rostro se han sacado la chorra. Un disco cortito, cinco temas y 40 minutos de maquinaria riffera a toda potencia, voces áridas y pasajes hipnóticos en los que esta banda de Jaén demuestra una bestial cantidad de influencias de diferentes estilos (como comenta la señorita Irongirl en su post) y que ha dado un paso adelante en todos los sentidos. Discazo.
Kreator - Gods Of Violence.
Puede que sea cierto que hoy Kreator suenan más melódicos, mejor producidos y menos crudos que antaño, sí, pero aún con eso siguen sonando abrasivos y malignos como pocos con ese punto de madurez (palabra que muchos odian... a saber por qué...) que aporta el llevar más de 30 años en la brecha. Gods Of Violence es un conjunto de zurriagazos de primera fila como Satan Is Real, Totalitarian Terror, Fallen Brother (memorable videoclip, también), World War Now o Army Of Storms que no se andan con rodeos. Pero oye, que si se han vendido, yo los compro.
Samael - Hegemony.
No lo esperaba, colega. Samael han conseguido, en pleno 2017, sorprenderme pero bien. Se ve que la gira rememorando su seminal Ceremony Of Opposites les ha sentado bien, porque este Hegemony recupera lo mejor de aquellos Samael para mezclarlo con lo mejor de los actuales y así conseguir un disco contundente, fuerte, oscuro y malévolo, cuya única pega es que se hace un poco largo (dos temas menos y quedaba fetén). Pero a pesar de ese detalle, tiene temarrales para parar un tren destacando, sin duda, este Black Supremacy que me guardo como mi tema favorito del año, ahí es nada.
Moonloop - Devocean.
No me adentré en este disco de los barceloneses Moonloop hasta que me harté de leer elogios hacia el trabajo de Eric Baulenas y los suyos. Ahora me arrepiento de no haberme adentrado antes. Discazo de Death Metal progresivo, técnico, jugando con la experimentación y el virtuosismo sin dejar de devastar tus oídos ni de sonar oscuros. La producción atruena, el conjunto es tremendamente sólido, todos los temas funcionan... Lo tiene todo.
Persefone - Aathma.
Estos andorranos me tienen enamorado, colega. Son un seguro de vida, no hacen un disco malo. Spiritual Migration ya fue una puta joya de pe a pa y este Aathma es... pues un paso adelante en todos los aspectos. Instrumentalmente soberbio, a su rollo, jugando con el Melodeath y el Metal Moderno a partir de su Metal Progresivo, conjunto muy curioso de influencias de todo tipo a las que le dan un toque personal. Ante la absurdamente exagerada oferta de discos que hay ahora, que salen 140 discos molones al día y tenemos fácil acceso a todos, lo dejé apartado pero, una vez lo he retomado, he vuelto a ver que es uno de los mejores discos de 2017.
Ophis - The Dismal Circle.
Banda absolutamente infravalorada. Uno de los mejores combos de Death/Doom europeo, los alemanos Ophis, han sacado este año su cuarto trabajo y ha pasado muy desapercibido. Me sorprende, porque es un discazo apoteósico. Potente, pesado, oscuro... instrumentalmente sobrio, lleno de voces oscuras y cargadas de odio... uno de los trabajo cumbre del género en 2017.
Dagoba - Black Nova.
Los franceses Dagoba son esa banda que, pese a llevar veinte años (VEINTE AÑOS) de carrera y siete discos de un nivel absolutamente notable, siguen en el underground de forma inexplicable. Con la de bandas de Groove y moderneo de medio pelo que veo por ahí arriba... pero bueno, la cuestión es que están a full, su anterior trabajo ya apareció en mi top hace dos años y Black Nova repite. ¿Por qué? Porque aquí tienes un conjunto de riffacos machacones, voces entre melódicas y gruesas, casi guturales, en perfecto equilibrio, momentos de electrónica sencillona pero que le da un aire más contundente si cabe a los temas... ponte los dos adelantos, Inner Sun y Stone Ocean, y verás.
Dying Fetus - Wrong One To Fuck With.
¿Tengo que describir algo de Dying Fetus? Pues que se han sacado la chorra, básicamente. Suena a Dying Fetus, atruena por todos los lados y revienta tímpanos en un radio de 430 km. Diez temas, cincuenta minutos, título contundente, portada de la vieja escuela y... pues eso, Dying Fetus.
Evadne - A Mother Named Death.
Hablando de bandas infravaloradas... uno de los mayores exponentes del Doom Metal nacional se ha unido a un gran año para el género. Los valencianos Evadne han sacado un disco excepcional, oscuro, duro y elaborado al milímetro. Es largo y los temas son largos, pero no sobra ni un solo segundo en todo este A Mother Named Death.
Benighted - Necrobreed
Uno de los descubrimientos anuales que me deja cierto festival gallego. Octavo disco de esta banda de Saint-Étienne que empezó tirando más al Black Metal y ahora hace un Death Metal/Grindcore de enorme calidad. Un disco abrasivo, directo, putrefactamente maravilloso. A partir de la intro, que irónicamente es una famosa canción de cuna, todo es tralla sucia, guarra y maloliente que te deja el cerebro convertido salsa para albóndigas. El videoclip de Reptilian es lo suficientemente desagradable como para definir su música.
Fácilmente
Moonspell se encuentren ahora mismo entre mis bandas favoritas.
Currantes incansables, no dan un concierto malo y llevan una racha de
discos cojonuda. Este año se aventuraban en un disco conceptual sobre el
terremoto de Lisboa de 1755, completamente en portugués y anunciando un
rollo totalmente diferente al que lo petó con Extinct, así que la cosa
podía salir muy bien o hacer aguas... y bueno, si está aquí es porque
salió bien, no?
En 1755 encontramos a unos Moonspell
más pesados, casi grooveros y metiendo arreglos orquestales y corales
para darle epicidad a la historia del terremoto más jodido de Portugal.
El conjunto fluye bien, el portugués para el Metal me encanta (ya comenté en mi reseña en Dioses del Metal que me encanta que las bandas escriban en su idioma natal) y la
mayoría de los temas cumplen de sobras.
5. Ósserp - Al Meu Pas S'Alça La Mort
Pffffff. Madre mía este... zurriagazo en toda la cara. Ósserp han parido el disco más cafre, bruto, esquizofrénico, mega-cabrón y jodidamente enfermo de este año. Una blasfemia compuesta por nueve temas que juntan lo mejor del Death Metal, el Black e incluso el Punk para darle un toque guarro y sucio a un disco genialmente elaborado. Una auténtica obra maestra del Metal Extremo.
4. Elder - Reflections of a Floating World.
Hablando de obras maestras... los norteamericanos Elder son una banda brillante, tanto en estudio como en directo (según comentan, que ahí me falta conocimiento, porque no los he visto) que llevan unos cuantos años currando como locos y sacando material de lujo. Y Reflections Of a Floating World es otra muestra del nivelazo que tienen. Igual repito adjetivos, pero los pasajes instrumentales de este trabajo son hipnóticos de cojones, oro puro. Seis temas largos, con sus historias, sus cambios y sus hostias que conjuntan un disco estratosférico.
3. Bell Witch - Mirror Reaper.
As
Above, So Below... las cuatro palabras que componen este Mirror Reaper y
que destaco entre lo más alto del top. El dúo Bell Witch han parido una
auténtica oda al Funeral Doom Metal en un disco estratosférico, formado
por un tema dividido en dos partes y que se va a los 83 minutos de
duración. Sí, sé que no es apto para cualquier oyente y que te tiene que
molar mucho el rollo para meterte en una obra de este calibre, pero la
atmósfera funeraria que esconde este disco creado por Dylan Desmond
(bajo y voz) y Jesse Shreibman (batería y voz) que entró en el lugar del
fallecido Adrian Guerra (vamos, que también tiene su historia detrás)
es absolutamente única.
2. Aathma - Avesta.
Otra
exhibición de buen Stoner Doom, esta vez desde Madrid, de la mano de
Aathma y este Avesta, una obra conceptual centrada en una serie de
textos ancestrales de la antigua Persia, actualmente desaparecidos, y
que tan sólo han llegado hasta nuestros tiempos transmitiéndose
oralmente de padres a hijos. Según tengo entendido, cada tema que compone el disco recrea un
rito una deidad o a un elemento de la naturaleza, aportando música a
esos textos e interpretándolos de la mejor manera posible. A partir de
ahí, Aathma saben crear la atmósfera más adecuada a cada una, jugando
con los riffs y las voces de forma magistral. Así les ha quedado un discazo que me cago en la santísima trinidad.
1. Amenra - Mass VI
Banda para estómagos fuertes. Así los definí la primera vez que saltó algo de material de esta banda belga a mis oídos y ahora mismo me reafirmo en esa definición, con la diferencia de que ahora lo digo para bien. Amenra siguen presentando material de primera clase basado en su opresiva mezcla de sludge, Doom y más cosas, con un disco destinado a desgarrar el interior de tu alma sin puta piedad. Children Of The Eye, con sus hipnóticos movimientos de guitarra y la siempre áspera y desagradable (también lo digo para bien) voz de Colin H. Van Eeckhout, se desmarca como uno de mis temas favoritos del año y de mis imprescindibles de la banda, junto a Plus près de toi (Closer to You), que destacan en un sobresaliente conjunto cuya atmósfera lo hace digno de ocupar la cabeza de mi lista de lo mejor del año.
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