Reseña: Barbarian Swords - Worms.

Madre del amor hermoso, colegas. Ha sido abrir el disco y emanar de él un olorcete ultragradable a pura putrefacción con el que me ha entrado un hambre guapa, guapa. Y es que Barbarian Swords no son unos Freedom Call felices de la vida, amigos míos, estos tipos están cabreados y rellenitos de odio, mucho odio. Te odian a ti, me odian a mi, odian al gato del vecino... a todo dios y lo demuestran a través de la cruda mezcla entre Black y Doom Metal que conforma este Worms, su segunda blasfemia en forma de disco. Un trabajo abrasivo, jodidamente violento y no apto para oídos finolis.

La banda formada por Von Päx (voz), Voice of Noise y Steamroller (guitarras), Panzer (bajo) y Joe Beltza (batería) viene a por todas y muestra, en este poderoso Worms, una clara evolución respecto a su primitivo y también demoledor debut Hunting Rats en todos los aspectos, principalmente en su producción, mucho más pulida y dejando ver una banda con unas ideas mucho más claras que en el mencionado debut. El disco ha sido grabado, producido y mezclado por Javi Félez en los Moontower Studios (Teitanblood, Graveyard, Avulsed, Lux Divina, Crisix... etc.) que le ha aportado un sonido tremendamente grueso y aplastante. El artwork, espectacular, corre a cargo de César Valladares (Apshyx, Krisiun, Grave Miasma...).

Una cruda y sangrienta batalla funciona de intro para I'm Your Demise, un tema que abre a toda pastilla y cuya velocidad se reduce en ciertos momentos para crear un ambiente sucio y desolador, alternando esos ritmos de forma fluida. A continuación tenemos Outcast Warlords, que continúa por los ambientes lentos y agónicos del tema anterior, pero sin dejar de sonar a pura y nociva violencia, y deja paso a Pure Demonology, tres minutos jodidamente avasalladores, sin tregua para tu pobre cerebro, que empieza a tomar aspecto líquido. La cosa avanza inexorablemente y ahora encima se vienen dos de las joyas del disco, Christian Worms (ojo a ese brutal pasaje rítmico a los cuatro minutos de tema) y Total Nihilism, un fangoso tema de ritmo lento y grueso cual apisonadora, comandado por un Von Päx que escupe de todo por la garganta desde ese escalofriante grito inicial hasta el final del tema. La voz del amigo es tremenda, afilada como un cuchillo y además la adapta de lujo a cada situación, sin duda, es uno de los puntos fuertes de este disco.


Seguimos con Last Virgin on Earth, Sodomized, (pobrecilla la muchacha, está como tus queridos oídos a estas alturas de disco) que se presenta como otro tema agresivo, potente, alternando ritmos lentos con otros más cañeros y auténticos momentazos a lo largo de sus más de siete minutos. La depravada y macarra Carnivorous Pussy, un trallazo de solo dos intensos minutos con algunos ramalazos al punk más salvaje, nos lleva al final del disco, que está compuesto por solo dos temas pero tarda en llegar, ya que son los dos cortes más largos de Worms. Requiem, de casi 18 minutos (nada...) en el que predominan los ritmos lentos y pesados del Sludge, avanzando lentamente minuto a minuto, riff a riff, y que de primeras se hace ciertamente pesado, cierto es que va ganando con las escuchas, pero aún así considero que se pasaron con el minutaje, y Ultrasado Bloodbath, de casi 11 minutos, que tira por unos derroteros cercanos al Funeral Doom, con un buen juego de riffs lentos que caen como losas al suelo, provocando terremotos a cada paso que dan.

Barbarian Swords pasan de tomar prisioneros, eso déjaselo a los Manowar, ellos son más de arrancar cabezas y beber cerveza en ellas o esas cosas. Worms es un portentoso homenaje a la vertiente más oscura del Metal Extremo, en el se alternan pantanosos ritmos típicos del Doom con momentos en que predomina el Black Metal más agresivo y primigenio. También hay tiempo para el Sludge o el Death Metal, aunque estos aparecen de forma más esporádica. En resumen, aquí tenemos un trabajo realmente honesto y directo, sacando lo que estos animales llamados Barbarian Swords llevan dentro, mezclando diferentes influencias del Metal Extremo y formando con ellas unos temas redondos que arrasan por donde pasan y te dejan el cuerpo entero en carne viva. Espero que no descubran la existencia de cosas como la tila y demás chorradas supuestamente relajantes y sigan desplegando su mala hostia en forma de discos como este, porque, amigos, Barbarian Swords molan un huevo.

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