Llevo toda la mañana escribiendo y borrando y sigo sin saber qué va a salir de lo que debería ser la crónica de una gran noche. No podrá serlo porque todavía me están sangrando los oídos y el corazón después de este gran despropósito que vivimos en Zaragoza el pasado viernes. A pesar de tener en el escenario tres enormes bandas, esta vez me fui a casa llorando de rabia, impotencia y vergüenza ajena…
Pero vamos por partes. Los grupos empezaron a llegar a
Centro Cívico Valdefierro a partir de las tres de la tarde y había tiempo más
que suficiente para el montaje de backline y las pruebas de sonido. El escenario
parecía un hervidero y nada, absolutamente nada vaticinaba el posterior
desastre. No voy a señalar a nadie, ni buscar los culpables (como vais a leer
más adelante, Patrick de Civil War lo hizo por mi y más claro agua, amigos). Por otra parte hay que recalcar que en el
negocio de la música es difícil que la culpa sea solamente de una persona, normalmente
hace falta un cúmulo de cosas mal hechas y errores de varias personas para
joder un concierto. Y exactamente esto
pasó en Zaragoza. Llevo más de tres décadas acudiendo a los conciertos y más de
veinte años trabajando con los músicos y hasta ahora no había presenciado nada tan
lamentable. Siempre me comentáis que mis crónicas trasmiten muy bien la pasión que
siento por la música y buen rollo que vivimos durante los bolos. Esta vez va a
ser un poco diferente. Esta vez las circunstancias me hicieron abandonar lo que
parecía mi mundo de luz y color… pero sobre todo de MUSICA, imprescindible en
mi vida. Esto sí, quiero expresar mi más absoluta
admiración hacia todos y cada uno de los músicos que subieron al escenario en Zaragoza y
darles las gracias por su enorme esfuerzo de intentar salvar lo insalvable.
Porque lo único que triunfó esta noche fue el buen hacer, la profesionalidad y
la enorme simpatía y paciencia de todos ellos.
Y ahora voy a intentar rescatar algo de música para vosotros
y contaros un poco lo que pasaba en el escenario, aunque tuve que salir de la
sala cada x minutos para descansar los oídos. El batiburrillo de sonidos
que nos tocó afrontar era imposible de asimilar por el cerebro humano en dosis
más prolongadas que 15 minutos. En los pasillos me encontraba con gente que,
como yo, salía a tomar un respiro y con ganas de matar a alguien…
Los italianos Perseus empezaron en presencia de unas 30 personas
y la sala llenándose rápidamente. Sonó el impresionante intro,
seguido por The Diary y Hidden Murders y desde el principio estaba claro que algo
malo está pasando con el sonido. Lo único que se distinguía fue la voz, de
hecho muy buena y potente de Antonio Abate. Lo demás: una bola. Imposible
distinguir el bajo de las guitarras, algo de la batería se salvaba pero ¡Madre mía
el desastre! En Magic Mirror las guitarras no se escuchaban en absoluto, en
Memories tuvimos que adivinar los solos, y en vez de escuchar los coros vimos a
los chicos moviendo los labios… Y esto no es todo, porque según me comentaron
los músicos después del concierto ¡ellos mismos tampoco se escuchaban en
absoluto! Hace falta ser un gran músico para tocar en estas condiciones y no hacer
ridículo. Cristian, Gabriele, Alex, Andrea y Antonio demostraron una gran
profesionalidad y buen hacer. El concierto seguía con los temas del último
disco: Deceiver, Son Of The Rising Sun, I’m The Chosen One, Legion Of The
Ravens y de propina, Ride Of Pegasus. No puedo contaros mucho más porque poco
más pude oír. Me han impresionado los
agudos de Antonio (a ratos me sonaba a los mejores tiempos de Rob Halford, vamos, que el Painkiller lo hubiera clavado) y
me he quedado con ganas de ver a Perseus en condiciones. Si pudiera, hubiera
pillado el tren a Madrid para repetir el día siguiente. A todos los amantes de
buen power metal os recomiendo a esta banda y por si no la conocéis, aquí os
dejo el link a su página web : http://www.perseuspowermetalband.com/
Turno de los
DragonhammeR. Esta vez con un cambio en la formación, el vocalista Luca Micioni
sustituyendo al cantante y guitarrista habitual, Max Aguzzi. Y en mi humilde
opinión, con un resultado fantástico. El resto de la banda está formado por:
Gae Amodio (bajo), Flavio Cicconi (guitarra), Giulio Cattivera (teclado) y
Andrea Gianangeli en la batería.
Empezamos
por el intro y Legend, pura esencia de power metal (de hecho, para mí el grupo
en general lo es), con los coros pegadizos que no se te van de la cabeza durante días,
pasajes de teclado que quitan el hipo etc…
Seek In The Ice caldeó el ambiente aún más, se empezaba ver los primeros
bailoteos y tímidos intentos de cantar, vamos, que la cosa iba por buen camino… (Por cierto ¡Lo que cuesta a algunos
levantar los brazos! ¿Venimos cansadetes a los bolos o qué?) Y, por desgracia,
durante Fear Of The Child empezó el
auténtico desastre. No por parte del grupo, por supuesto. El tema empezó con
potencia y buen trabajo de Andrea en los parches, pero no pudimos disfrutarlo
por mucho rato. De repente empezamos a escuchar unos acoples horribles, Luca
intentaba no moverse mucho para salvar la situación, pero la cosa no mejoraba.
¡Todo lo contrario! Para el colmo, uno tras otro empezaron a petar los
monitores. El grupo tuvo que retirarse del escenario para que los técnicos
hagan algunos cambios (que no sirvieron para mucho, por cierto), mientras
Andrea nos daba una clase magistral de la batería haciendo la interrupción más
llevadera. ¡Muy profesional, sí señor! Después de un rato pudimos seguir
disfrutando del fantástico show de los italianos con Believe (aquí tuve ganas
de dedicar las palabras “They must change, they must die” a ciertas personas
que nos jodieron el bolo), The End Of The World (otra vez acompañado de unos
acoples insoportables) y Blood In The Sky. Durante The X Experiment Luca nos pidió que
cantemos con él. No salió del todo mal, pero al asunto le faltaba algo de chicha
(Disculpad, chicos, estábamos demasiado aturdidos por los acoples para cantar
bien, y con ganas de ahorcar a alguien en aumento). Con Dragonhammer y Last Solution terminó el
concierto. Una vez más, sólo puedo opinar sobre la voz (fantástico Luca) y la
batería (grande Andrea), a veces el teclado sonaba más o menos decente,
pero la mayoría de los acoples sucedía
justo durante los solos de Giulio. Fue imposible distinguir el sonido del bajo, la guitarra fue a
ratos como inexistente… Vamos, el perfecto ejemplo de que un técnico de sonido tiene
el poder casi absoluto sobre un concierto. Sin embargo, enormes los
DragonhammeR, salvando el concierto aunque estaban en pleno derecho de no
seguir actuando. Porque imaginaos, si el primer grupo se quejaba de fallos de los
tres monitores, el segundo se quedó con sólo uno y el cual me da que tampoco
funcionaba muy bien. (Sé que le mayoría de nuestros lectores sabe que jodido es
tocar cuando uno no oye ni a si mismo, ni a sus compañeros). Así que sólo me
queda repetir mi más sincera admiración hacia los músicos. La página oficial de
la banda aquí: http://www.dragonhammer.com/dragonhammer/
Tiempo para el plato fuerte de la noche, Civil War. Después de un corto descanso y casi
llegando a medianoche, saltaron al escenario Patrick, Petrus, Ricard, Daniel
Mullback y Daniel Mÿhr. Sonrientes y llenos de energía, aunque seguramente ya
sabían con lo que les toca lidiar, al menos hasta cierto punto… El show empezó con el potente USS Monitor, con
el público disfrutando desde las primeras notas y un poco incrédulo (“¿En serio,
esto seguirá sonando así de mal?”, parecían decir las caras de los asistentes).
Antes de empezar el siguiente tema, Saint Patrick´s Day, el mismo vocalista nos
sacó de dudas “Disculpad por el técnico, aún así vamos a pasar una gran noche
juntos”. No hace falta añadir nada más... Seguimos con el coreable Braveheart y Gettysburg, con el grupo muy
entregado y cercano (así se mostraron también antes y después del concierto) y
el público disfrutando a lo grande y sin parar de cantar. Patrick no quedaba
quieto ni por un momento, corriendo por el escenario y de vez en cuando
intentando acomodarse discretamente el “pinganillo” (según pude averiguar,
por suerte los llevaban todos los componentes del grupo) en el oído y que seguramente facilitaba un
poco la actuación. Al menos los músicos podrían escucharse entre ellos. Sons Of
Avalon y Admiral Over The Ocean hicieron cantar y saltar a todos los asistentes
(por desgracia, el segundo otra vez con una serie de acoples que impedían que
el público y los músicos puedan disfrutar de pleno). Durante el resto de
concierto seguimos con el sonido malísimo y que nos reventaba las cabezas, pero
al menos ya se podía escuchar las voces de Petrus y Rikard durante los coros. ¡Un
gran avance! (nótese la ironía)… Patrick aportaba el toque de glamour,
cambiando de vez en cuando de chaquetas, cada una más mona que la anterior ;-) Seguimos
disfrutando, cantando y bailando al son de Lucifer’s Court y Knights Of
Dalecarilla. Momento de calma, con Patrick anunciando que Myhrer “va a tocar el
piano para nosotros” y enseguida supimos
que llegó el turno del emotivo Schindler’s Ark, con la letra que pone los pelos
de punta y el show llegaba a su fin con Gods And Generals. Pero por supuesto,
la cosa no se quedaba aquí. Aún quedaban
los bises: Bay Of Pigs, I Will Rule The Universe y otra clase de historia en
Rome Is Falling. A estas alturas ya nadie quedaba quieto y estuvimos bromeando
entre nosotros que con tanto ambientazo “la cosa hasta parece sonar mejor”. Y
ahora sí, con el divertido When Jonny Comes Marching Home, y con una lluvia de
púas, baquetas y otros detallitos, terminó la fiesta. Los gritos de júbilo “Hurrah! Hurrah!” del último tema se los dedico a las tres bandas que a
pesar de los problemas nos dieron grandes conciertos y una clase de
profesionalidad y calidad humana.
Thank you, Civil War, DragonhammeR, Perseus,
for your amazing shows and for your patience. Hope we´ll see you again soon.
Os recuerdo que el nuevo disco de Civil War,
The Last Full Measure, sale el 4 de noviembre de este año.
Esta vez más que nunca agradezco comentarios y
opiniones de los asistentes al concierto.
La crónica se publica sin fotos porque sigo sin tener cámara. Y no quiero poner a nadie en un compromiso cediéndomelas para una crítica bastante desagradable para ciertas personas y que seguramente levantará algunas ampollas.
Como curiosidad os diré que ni siquiera los grupos publicaron mucho sobre este concierto en sus redes sociales (cosa totalmente comprensible). Una foto de rigor y el típico agradecimiento, mientras de otras ciudades hay albumes completos, crónicas y agradecimientos muy emotivos. Creo que esto también quiere decir algo...
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