Si hace 30 años alguien me hubiera dicho que seré la traductora y acompañante de Exodus durante su estancia en mi ciudad, le hubiera aconsejado que deje la droga. Pero la vida da muchas vueltas, la magia existe y los sueños (al menos algunos) se cumplen, así que el pasado martes 2 de agosto en Zaragoza se hizo realidad uno de los míos. El grupo-leyenda viva de thrash metal visitaba nuestra bella ciudad tocando aquí el primero de los cinco conciertos en España.
Después de varias horas de trabajo previo a cada concierto, como el montaje de backline, preparación de catering etc. y hacer amistades con el equipo técnico y la road manager del grupo, llegó el gran momento… Con el corazón en un puño, a las nueve de la noche entraba al vestíbulo del Hotel Alfonso para recoger a los que son mis ídolos desde que tuve unos 13 añitos. El primero al que vi fue el sonriente Steve Souza y detrás de él aparecieron Tom Hunting, Jack Gibson, Lee Altus y Kragen Lum. Todos muy amables y derrochando simpatía, así que después de las presentaciones de rigor, mis nervios se han desvanecido de inmediato y empecé a disfrutar de verdad.
Hubo muchas risas y anécdotas en la furgoneta de camino a la sala (que por la particularidad del casco histórico zaragozano se hace largo al tener que dar un rodeo bastante grande). Y al entrar en la Sala López el grupo se llevó un gran aplauso de los fans que estaban esperando en la puerta. El grupo se dirigió directamente al camerino, con la excepción de Tom, quien se quedó entre el público charlando, firmando autógrafos y haciéndose fotos con todos los que se lo pedían. También hubo momento divertido y muy especial, cuando al presentarle a Daniela de Misanthropy, Tom la pidió que le cante un poco, ya que es un gran admirador de la técnica vocal de los blackers (mi más sincera enhorabuena a Daniela por hacerlo con total naturalidad, yo me hubiera quedado sin voz de la emoción).
Nos posicionamos delante el escenario entre unas 200 personas que acudieron a la sala y llegó el momento al que estábamos esperando durante meses: con The Ballad Of Leonard And Charles empezó el gran despliege del mejor thrash metal imaginable. Turno para Beyond The Pale, el ambiente se iba calentando y la pregunta de Steve “¿Tú estás listo?” (viva el google translator) provoco un “¡¡¡Sííííi!!!!´” atronador de los asistentes. Un momento para explicación de ausencia de Gary Holt (no pude escuchar muy bien dónde se encuentra, pero por las risas de Steve me puedo imaginar que no es un sitio triste), promesa de que volverá y presentación de su sustituto, Kragen Lum. Quien, por cierto, cumple su papel con creces y por lo menos al nivel musical no se nota demasiado la ausencia de uno de los fundadores de la banda.
Los siguientes dos temas: Children Of A Worthless God y Piranha, desataron una auténtica locura entre el público. Desgraciadamente, el diseño de la sala nos privó de mosh pits y walls of death, ya que justo delante del escenario hay una columna bastante ancha y un poco más de lado se encuentra otra igual. Pero nadie estaba parado, había zonas donde caían hostias como panes y por momentos tuve la impresión de que íbamos a tirar la sala abajo… Deranged y Exodus me transportaron directamente a los años 80, con sus riffs pontentorros y el ambiente muy especial creado por Steve al preguntar este cuántas personas de “la vieja guardia” se encuentran entre el público y dándonos las gracias a los viejunos por haber hecho posible que el thrash metal en general y Exodus en particular triunfen tanto. Fue un momento inolvidable y para mi bastante emotivo. Pero como en los bolos de thrash no hay sitio para demasiadas ñoñerías, el demoledor Body Harvest nos secó las lagrimillas de nostalgia en cuestión de segundos y volvió a reinar la locura. En un momento dado el gran Tom Hunting subido encima del bombo, saludando al público con la camiseta levantada y provocó que algunos corazones empezaron a palpitar aún más rápido (ejem...no me miréis así, eh). Steve no paraba de interactuar y animar a la gente, no soportaba que nadie se quede quieto ni un momento. Y a pesar de los inconvenientes de la estructura, hubo dos o tres valientes que se atrevieron a subir al escenario para tirarse encima del público, esquivando la dichosa columna y dando al pipas del grupo bastante trabajo al tener que vigilar constantemente sus hazañas. He de decir que Steve con infinita paciencia y la sonrisa en la cara se apartaba para que los fans pueden divertirse e incluso calmaba al ya algo cabreado técnico. Por cierto, quiero aprovechar esta crónica para saludar y trasmitir mi admiración a todos los roadies del mundo, gente que nunca sale en los carteles pero que es imprescindible para que todo funcione y el curro que se pegan es imposible de describir. Gracias, chicos ¡¡¡sois enormes!!!
Volvamos al concierto, porque llega otro de los momentos muy emotivos: Lesson In Violence, tema cual el grupo dedicó al gran Lemmy Kilmister provocando con ello un aplauso enorme. Seguimos con Blacklist y War Is My Shepherd la cual nos indicaba que se está aproximando el final. Pero por supuesto tras unos segundos de descanso aún pudimos disfrutar del “trío mortal”: Bonded By Blood, Toxic Waltz y Strike Of The Beast, esta vez por las razones mencionadas previamente, sin la habitual wall of death. A los que se quejaban en las RRSS por la elección de la sala e incluso dejaron de venir (¡como odiamos estas excusas en este bloguete!) he de decir que el sonido quizás no fue perfecto, pero bastante bueno y sólo se escuchaba algo peor en las primeras filas (cosa normal en todos los conciertos). Hora y media de un concierto brutal, divertido, emotivo… vamos, que tuvo todo lo que un bolo perfecto ha de tener. Pasaron más de 20 años desde que pude disfrutar del directo de Exodus por última vez y siguen igual de potentes y entregados. Espero que no tenga que pasar tanto tiempo para verles otra vez porque me quedé con ganas de más.
Gracias a Frontline y Héctor Herrero Mayor por hacer posible este gran concierto en Zaragoza y a todo el equipo de Sala López por ayudar a que sea perfecto.
Gracias a Frontline y Héctor Herrero Mayor por hacer posible este gran concierto en Zaragoza y a todo el equipo de Sala López por ayudar a que sea perfecto.
Muy brutales Exodus cuando los vi, con un sonido que me sorprendió, me encantaría volver a ver este directazo.
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