Berri Txarrak... ¿Otra vez? Sí, otra vez. ¿Algún problema? no, ¿verdad? Bueno... El pasado 2 de agosto tenía una cita con una banda que, como ya sabéis (os lo conté el año pasado cuando el Can Puc Fest), es una banda especial para mi por varios motivos. El primero y básico porque suyo fue mi primer concierto y eso no se olvida, y el segundo porque, fruto de una caprichosa casualidad, siempre vienen en un momento en el que no ando especialmente bien de ánimos y siempre consiguen levantarme la moral. Por eso y por el directazo enorme que tienen, cada visita de Berri Txarrak a la isla de la calma (que deja de llamarse así cuando los de Lekunberri vienen a tocar) es cita obligada.
Así que, en pleno martes, una buena cantidad de fans de la banda, tanto jebis, como punkis como modernillos, pues Berri Txarrak son la única banda capaz de albergar un público tan diverso, en una Sala Luna de Palma que prácticamente se quedó pequeña. Es normal, ya os dije el año pasado que en Palma queremos mucho a Berri Txarrak y su entusiasta público se lo demuestra cada vez. Vamos al lío, los encargados de abrir la noche eran los locales Orquídea, practicantes de un Rock instrumental de buena calidad y que presentaban Ice Age, su más reciente trabajo. Puedo hablar poco de su directo, pues llegué tarde (mil disculpas), pero logré escuchar los 4 últimos temas de su set, como fueron Golem, Caronte, y la potente Fagocitos de Ice Age y la cojonuda Tobogán de su álbum homónimo, un tema que debo decir que me gustó bastante y con la que cerraron su show. Lamento no haber visto más, pero al menos puedo decir que Orquídea me dejaron una muy buena impresión y sonaron realmente bien frente a una buena cantidad de público frente al escenario.
Y tras unos 15 minutos de descanso, sobre las 22:30 hacían su aparición sobre el escenario Gorka Urbizu, David González y Galder Izagirre para presentarnos su potente directo. Abrieron con dos temas de su más reciente trabajo, Denbora da Poligrafo Bakarra, como son Etsia y Ordaina, pero no fue hasta la siguiente, la enorme Denak Ez Du Balio, cuando el público se animó y empezó realmente el concierto para muchos. Con una banda entregada, como siempre, el público se vino arriba y los de las primeras filas acabaron cantando la parte en inglés de tema, que en el estudio corresponde a Tim McIlrath de Rise Against. Ahí empezaron los pogos y la banda acabó de entrar en calor. Con Galder dando muestras de su enorme pegada y David co-liderando el cotarro con su inagotable energía con un sonriente y activo Gorka, la banda dio un buen repaso a sus 20 años de carrera. Siguieron con Izena, Izana, Ezina, del disco Libre para seguir, sin parar, con Gelaneurria del Jaio.Musika.Hil, siendo dos temas bastante celebrados por los seguidores. La siguiente fue Bigarren Itzala, uno de los temas del último trabajo de la banda que mejor cala en directo, pues con la gente coreando el punteo inicial de guitarra y cantando el estribillo, el tema gana muchísimo en concierto.
La banda estaba 'on fire' y el público también, los conciertos de Berri Txarrak son así, no hay paz, estos tres muchachos tienen un don para desatar la locura incluso en un martes cualquiera de agosto en Mallorca. Un clasicazo (y una de mis favoritas) como es Oreka siguió con el show y con el despliegue de energía por parte de todos los presentes. Faq, de su disco Haria, Jainko Ateoa, (el Dios ateo) que dijo Gorka que va dedicada a todos aquellos que se creen más de lo que realmente son y Hitzen Oinarri Ahula, en la que nos dieron una masterclass de euskera para cantar la frase "zer den zuretzat", iban cayendo sin respiro y dejaban paso a mi momento estelar de la noche, pues en las dos anteriores ocasiones que vi a Berri Txarrak me quedé con las ganas de escuchar Libre, mi tema favorito de la banda, y por fin pude hacerlo. De hecho, no fui el único que la esperaba, pues fue una de las más reclamadas por el público presente y, por supuesto, volvió a desatar la locura en la Sala Luna. Seguimos con la potente Ikasten y Lemak, Aingurak antes de pasar a Maravillas, la canción que trata la historia Maravillas Lamberto, cruel víctima de la guerra civil a sus 14 jóvenes años y que la banda quiso dedicar a todos los dueños de los yates que estaban detrás (la sala tiene unas preciosas vistas al puerto justo detrás del escenario, la verdad es que eso formó un entorno muy chulo para el concierto) y se la dedicaron "a uno en especial" (el del Rey, claro). Bueltatzen y Bigarren Eskuk Amets serían las encargadas de cerrar el show a la espera de los bises. Para los cuales nos reservaron la cortita Zerbait Asmatuko Dugu como antesala del apoteósico final del show, que llegaría con la obligada versión del Sols el Poble Salva el Poble de KOP, cuya letra en catalán la convierte en un imprescindible en sus shows en nuestras tierras, y Oihu, que cerraría por todo lo alto el show ante la locura desmedida de un público que dejó sus últimas fuerzas en ese tema antes de que David González se lanzara sobre ellos, contagiado por su locura. Un final enorme para un show enorme.
Berri Txarrak son un seguro en directo. Nunca fallan, son todo energía, actitud, garra... no tiene nada que ver escuchar un disco suyo con vivir un concierto. Es un mundo totalmente diferente. El pasado 2 de agosto en Palma dieron otro enorme show en la que casi tiran abajo la sala Luna y medio paseo marítimo de la ciudad. Atronadores, simpáticos, enérgicos, un enorme setlist, lo hicieron todo bien así que solo queda decir una cosa, eskerrik asko, Berri Txarrak. Y volved pronto.
Así que, en pleno martes, una buena cantidad de fans de la banda, tanto jebis, como punkis como modernillos, pues Berri Txarrak son la única banda capaz de albergar un público tan diverso, en una Sala Luna de Palma que prácticamente se quedó pequeña. Es normal, ya os dije el año pasado que en Palma queremos mucho a Berri Txarrak y su entusiasta público se lo demuestra cada vez. Vamos al lío, los encargados de abrir la noche eran los locales Orquídea, practicantes de un Rock instrumental de buena calidad y que presentaban Ice Age, su más reciente trabajo. Puedo hablar poco de su directo, pues llegué tarde (mil disculpas), pero logré escuchar los 4 últimos temas de su set, como fueron Golem, Caronte, y la potente Fagocitos de Ice Age y la cojonuda Tobogán de su álbum homónimo, un tema que debo decir que me gustó bastante y con la que cerraron su show. Lamento no haber visto más, pero al menos puedo decir que Orquídea me dejaron una muy buena impresión y sonaron realmente bien frente a una buena cantidad de público frente al escenario.
Y tras unos 15 minutos de descanso, sobre las 22:30 hacían su aparición sobre el escenario Gorka Urbizu, David González y Galder Izagirre para presentarnos su potente directo. Abrieron con dos temas de su más reciente trabajo, Denbora da Poligrafo Bakarra, como son Etsia y Ordaina, pero no fue hasta la siguiente, la enorme Denak Ez Du Balio, cuando el público se animó y empezó realmente el concierto para muchos. Con una banda entregada, como siempre, el público se vino arriba y los de las primeras filas acabaron cantando la parte en inglés de tema, que en el estudio corresponde a Tim McIlrath de Rise Against. Ahí empezaron los pogos y la banda acabó de entrar en calor. Con Galder dando muestras de su enorme pegada y David co-liderando el cotarro con su inagotable energía con un sonriente y activo Gorka, la banda dio un buen repaso a sus 20 años de carrera. Siguieron con Izena, Izana, Ezina, del disco Libre para seguir, sin parar, con Gelaneurria del Jaio.Musika.Hil, siendo dos temas bastante celebrados por los seguidores. La siguiente fue Bigarren Itzala, uno de los temas del último trabajo de la banda que mejor cala en directo, pues con la gente coreando el punteo inicial de guitarra y cantando el estribillo, el tema gana muchísimo en concierto.
La banda estaba 'on fire' y el público también, los conciertos de Berri Txarrak son así, no hay paz, estos tres muchachos tienen un don para desatar la locura incluso en un martes cualquiera de agosto en Mallorca. Un clasicazo (y una de mis favoritas) como es Oreka siguió con el show y con el despliegue de energía por parte de todos los presentes. Faq, de su disco Haria, Jainko Ateoa, (el Dios ateo) que dijo Gorka que va dedicada a todos aquellos que se creen más de lo que realmente son y Hitzen Oinarri Ahula, en la que nos dieron una masterclass de euskera para cantar la frase "zer den zuretzat", iban cayendo sin respiro y dejaban paso a mi momento estelar de la noche, pues en las dos anteriores ocasiones que vi a Berri Txarrak me quedé con las ganas de escuchar Libre, mi tema favorito de la banda, y por fin pude hacerlo. De hecho, no fui el único que la esperaba, pues fue una de las más reclamadas por el público presente y, por supuesto, volvió a desatar la locura en la Sala Luna. Seguimos con la potente Ikasten y Lemak, Aingurak antes de pasar a Maravillas, la canción que trata la historia Maravillas Lamberto, cruel víctima de la guerra civil a sus 14 jóvenes años y que la banda quiso dedicar a todos los dueños de los yates que estaban detrás (la sala tiene unas preciosas vistas al puerto justo detrás del escenario, la verdad es que eso formó un entorno muy chulo para el concierto) y se la dedicaron "a uno en especial" (el del Rey, claro). Bueltatzen y Bigarren Eskuk Amets serían las encargadas de cerrar el show a la espera de los bises. Para los cuales nos reservaron la cortita Zerbait Asmatuko Dugu como antesala del apoteósico final del show, que llegaría con la obligada versión del Sols el Poble Salva el Poble de KOP, cuya letra en catalán la convierte en un imprescindible en sus shows en nuestras tierras, y Oihu, que cerraría por todo lo alto el show ante la locura desmedida de un público que dejó sus últimas fuerzas en ese tema antes de que David González se lanzara sobre ellos, contagiado por su locura. Un final enorme para un show enorme.
Berri Txarrak son un seguro en directo. Nunca fallan, son todo energía, actitud, garra... no tiene nada que ver escuchar un disco suyo con vivir un concierto. Es un mundo totalmente diferente. El pasado 2 de agosto en Palma dieron otro enorme show en la que casi tiran abajo la sala Luna y medio paseo marítimo de la ciudad. Atronadores, simpáticos, enérgicos, un enorme setlist, lo hicieron todo bien así que solo queda decir una cosa, eskerrik asko, Berri Txarrak. Y volved pronto.
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