Prometedor y atrevido debut el que os traigo hoy, queridos amigos y queridas familias. Sí, últimamente la cosa va de debuts molones, presenté el de Ocelon y en los próximos días llegarán algunos más, para que luego digan que el Metal español está muerto. A lo que iba, desde la preciosa, espectacular, impresionante y maravillosa isla de Mallorca (no lo digo por ser de allí) llegan Zerobyte. Una joven banda practicante de un estilo complicado y que no se ve mucho por nuestras fronteras como es el Djent, que en el caso de la banda que nos ocupa se entremezcla con el Death y el Math Metal. Toma ya.
Desde el municipio de Inca, Albert (voz), Biel y Javi (guitarras), Joan (bajo) y Pedro (batería) nos presentan una propuesta fresca y demoledora, anunciando que vienen influenciados por peña como Meshuggah, Fear Factory, Monuments o Mnemic, cosa que ya genera mi interés desde el primer momento. Y sí, sus influencias (sobre todo la de Meshuggah) quedan claras en su debut. El disco habla del apocalipsis tecnológico, de como la tecnología pasa de ser imprescindible a ser nuestro peor enemigo. Con eso ya he llamado la atención de Burton C. Bell y Dino Cazares fijo (los de Fear Factory, cojones, que no os enteráis). El disco ha sido grabado y mezclado con Miguel Angel Riutort, más conocido como Mega (omnipresente en todos los discos que salen de la isla, un puto fenómeno) y masterizado por Hay Zeelen, que ha trabajado con peña como Sepultura o The Prodigy. Casi ná. El disco ya os digo que no es fácil de digerir para el que está poco habituado al género, pero joder, dura 34 minutos, no me seais tiquismiquis, que para una escucha por probar sí que os da.
Bueno, al lío, le damos al play y lo primero que nos embiste es la exhibición de precisión llamada Emulating Gods, con un deje a lo Meshuggah total y un breve interludio que frena a la mitad del tema antes de volver a atacar con su potencia total. Nada mal para ser la primera muestra del potencial de Zerobyte. La siguiente, Kepler 62, arranca con más potencia y con una pronunciada presencia del bajo de Joan Morro, muy presente a lo largo del disco. Otra muestra de precisión con esos marcados riffs típicos del djent, que van variando de velocidad en ciertos momentos del tema. Seguimos con Cogito Ergo Sum, tremendamente pesada y machacacervicales, que se acaba conviertiendo en uno de mis cortes favoritos. El disco transcurre por ahí, ritmos machacones de técnica y precisión depuradas. Sin voces melódicas y sin abusar de la velocidad, pero tremendamente sólido y compacto.
Spherical Implosion, Free Runner (el single de adelanto y otro de mis cortes favoritos, con un arranque muy a lo Gojira para pasar a un poderoso ritmo entrecortado) Edge Of Insanity (en la que destaca un trabajado juego de cambios de ritmo) y Cosmic Dust (con un deje más a Monuments), siguen por esos derroteros, minuciosa elaboración de un material complejo y enrevesado, destacando la gruesa labor de guitarras y bajo, la versatilidad de la batería y la furia desgarrada de la voz de Albert. Vamos terminando ya con Mechanincal World, que ofrece una gran dosis de riffs ultravariados y The Awakening, que cierra estos 34 minutos de puro Djent con un guiño a Fear Factory en su inicio.
Técnica y precisión son las cartas de presentación de los mallorquines Zerobyte, que debutan con buen pie de la mano de estos IX Degrees of Human Decline. Un alarde de potencia muy deudora de los suecos Meshuggah, con todo lo que eso conlleva. El trabajo es enrevesadete y duro de escuchar para el que no está acostumbrado al género (servidor), pero a base de paciencia se le acaba sacando mucho jugo, pues el disco es una joyita. Estamos de enhorabuena, señores. Este 2016 está dejando una cantidad interesante de cojonudos debuts, falta que les demos el apoyo que merecen para seguir alimentando la escena nacional. Si te dicen que el metal español es una mierda, en La Poza tenemos argumentos de sobra en forma de discos para cerrarles el pico.
Puedes encontrar a Zerobyte en Facebook, Spotify o Bandcamp, por ejemplo.
Desde el municipio de Inca, Albert (voz), Biel y Javi (guitarras), Joan (bajo) y Pedro (batería) nos presentan una propuesta fresca y demoledora, anunciando que vienen influenciados por peña como Meshuggah, Fear Factory, Monuments o Mnemic, cosa que ya genera mi interés desde el primer momento. Y sí, sus influencias (sobre todo la de Meshuggah) quedan claras en su debut. El disco habla del apocalipsis tecnológico, de como la tecnología pasa de ser imprescindible a ser nuestro peor enemigo. Con eso ya he llamado la atención de Burton C. Bell y Dino Cazares fijo (los de Fear Factory, cojones, que no os enteráis). El disco ha sido grabado y mezclado con Miguel Angel Riutort, más conocido como Mega (omnipresente en todos los discos que salen de la isla, un puto fenómeno) y masterizado por Hay Zeelen, que ha trabajado con peña como Sepultura o The Prodigy. Casi ná. El disco ya os digo que no es fácil de digerir para el que está poco habituado al género, pero joder, dura 34 minutos, no me seais tiquismiquis, que para una escucha por probar sí que os da.
Bueno, al lío, le damos al play y lo primero que nos embiste es la exhibición de precisión llamada Emulating Gods, con un deje a lo Meshuggah total y un breve interludio que frena a la mitad del tema antes de volver a atacar con su potencia total. Nada mal para ser la primera muestra del potencial de Zerobyte. La siguiente, Kepler 62, arranca con más potencia y con una pronunciada presencia del bajo de Joan Morro, muy presente a lo largo del disco. Otra muestra de precisión con esos marcados riffs típicos del djent, que van variando de velocidad en ciertos momentos del tema. Seguimos con Cogito Ergo Sum, tremendamente pesada y machacacervicales, que se acaba conviertiendo en uno de mis cortes favoritos. El disco transcurre por ahí, ritmos machacones de técnica y precisión depuradas. Sin voces melódicas y sin abusar de la velocidad, pero tremendamente sólido y compacto.
Spherical Implosion, Free Runner (el single de adelanto y otro de mis cortes favoritos, con un arranque muy a lo Gojira para pasar a un poderoso ritmo entrecortado) Edge Of Insanity (en la que destaca un trabajado juego de cambios de ritmo) y Cosmic Dust (con un deje más a Monuments), siguen por esos derroteros, minuciosa elaboración de un material complejo y enrevesado, destacando la gruesa labor de guitarras y bajo, la versatilidad de la batería y la furia desgarrada de la voz de Albert. Vamos terminando ya con Mechanincal World, que ofrece una gran dosis de riffs ultravariados y The Awakening, que cierra estos 34 minutos de puro Djent con un guiño a Fear Factory en su inicio.
Técnica y precisión son las cartas de presentación de los mallorquines Zerobyte, que debutan con buen pie de la mano de estos IX Degrees of Human Decline. Un alarde de potencia muy deudora de los suecos Meshuggah, con todo lo que eso conlleva. El trabajo es enrevesadete y duro de escuchar para el que no está acostumbrado al género (servidor), pero a base de paciencia se le acaba sacando mucho jugo, pues el disco es una joyita. Estamos de enhorabuena, señores. Este 2016 está dejando una cantidad interesante de cojonudos debuts, falta que les demos el apoyo que merecen para seguir alimentando la escena nacional. Si te dicen que el metal español es una mierda, en La Poza tenemos argumentos de sobra en forma de discos para cerrarles el pico.
Puedes encontrar a Zerobyte en Facebook, Spotify o Bandcamp, por ejemplo.
buena reseña
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