Segundo año consecutivo que Amon Amarth pisaba Galicia, después de su visita en el 2014 al Resurrection Fest. Fue una excelente noticia para todos los metaleros gallegos, el poder ver en una sala con un sonido sobresaliente como la Capitol a una banda como la sueca, famosa por su potencia y empuje sobre las tablas.
El caso de Amon Amarth es parecido al de sus compatriotas Sabaton, una banda con un buen puñado de discos bajo el brazo, pero que en los últimos 4 o 5 años han pegado un buen pelotazo en cuanto a poder de convocatoria (basta el hecho de recordar que en sus anteriores visitas la banda tocaba en salas como la Bikini en Barcelona o la Heineken en Madrid donde cabían 600/700 personas). Nadie puede discutir el hecho de que “Deceiver of the Gods” sea probablemente el disco más importante en la carrera de Amon Amarth, han entrado en charts de ventas tantos europeos como americanos, han ganado muchos fans gracias a esa perfección de su death metal con tintes melódicos, puede decirse que han subido una división en nuestra particular liga del Metal. Y esto el propio grupo lo sabe, a nadie le pasa desapercibido que los suecos basan sus setlist en sus últimos discos, pasando por los primeros casi de puntillas (13 canciones de sus últimos 4 discos, por 4 de sus 5 primeros es algo muy significativo en su repertorio) .
Era una noche fría y lluviosa de jueves en Santiago de Compostela, pero eso no impidió que la sala estuviera prácticamente a reventar, mucha diversidad de edades convivían en el recinto, tanto los fans más antiguos de la banda como aquellos que se engancharon al grupo con sus últimos tres discos.
Savage Messiah fueron los primeros en tocar, pero por cuestiones de horario laboral no pude ver ni un mísero minuto del combo, una pena, porque en mi breve introducción a la discografía de la banda los días anteriores me habían parecido interesantes. Más interesantes que los siguientes teloneros, Huntress, que sin ser una mala banda me pareció que sus canciones eran una especie de “quiero y no puedo” donde todo se quedaba a medio gas, incluido el lado transgresor de su cantante Jill Janus, la cual mezclaba los tonos guturales con gorgoritos propios de Rob Halford con desigual resultado.
Centrándonos ya en los protagonistas de la noche, un servidor adelanto filas para ponerse en la zona caliente de la sala, enfrente a los protagonistas. No faltaban los asistentes con el mítico martillo y casco de vikingo (aún me extraña que no pongan un puesto de venta de estos artilugios, imitando a los omnipresentes cuernos diabólicos de AC/DC) En esta gira de salas de pequeño/mediano aforo no pudimos ver toda su escenografía ni toda la pirotecnia que se gastan en los grandes festivales, el barco tendrá que esperar a la próxima vez…
Se apagaron las luces aproximadamente a las 10 y media de la noche, y empezó a sonar la introducción, los nervios se empezaron a apoderar de los asistentes, hasta que el rugido del respetable estalló cuando vimos sentarse a Fredik Andersson en la batería, y uno a uno salieron los demás miembros. “Father of the Wolf” abrió la velada, un tema que es un auténtico torbellino y que se ha ganado el puesto ya entre sus grandes clásicos, al igual que el siguiente “Deceiver of the Gods” y su mágica introducción, que por lo menos a mí me pone los pelos absolutamente de punta. “Live for the Kill” continuó el concierto, pero antes pudimos escuchar por primera vez a Johan Hegg dirigirse al público, con su siempre presente buen rollo que transmite por los cuatro costados. “Varyags of Miklaagard” sustituyó en su concierto compostelano a “Free Will Sacrifice”, que era la que venían interpretando habitualmente, nadie salió perdiendo, cualquiera de las dos son de las mejores canciones dentro de su “Twilight of the Thunder God” del 2008. El sonido del concierto desde mi posición posiblemente no fuera el mejor, cualquiera sabe que estar en primera o segunda fila te garantiza una visión extraordinaria, pero no siempre es así con el sonido. Una vez finalizado el concierto la gente de posiciones más retrasadas me dijo que fue fabuloso, o sea que nada que reprochar a los suecos.
“Asator” fue una de las grandes protagonistas de la velada, su rapidez propia del Thrash Metal hizo que provocará los moshpits más fuertes de toda la noche, una gozada para cualquier metalero con sed de violencia sónica. “For Victory or Death”, “As Loke Falls” y “Bleed for Ancient Gods” fueron las siguientes en caer, pero la siguiente gran ovación de la noche se la llevó “Death in Fire”, probablemente el gran clásico de la primera época de la banda.
Para mí el concierto solo tuvo un pequeño bache, y ese fue “The Last Stand of Frej”, un tema totalmente prescindible, pesado, falto de gancho que nos bajo de revoluciones a todos de manera alarmante (que tocaran esta y dejaran en el tintero cosas como “Destroyer of the Universe” o “Runes to my Memory” es de traca), pero claro, si después enganchan con “Guardians of Asgaard” le perdonas todo y más, simplemente saltas y cantas con este auténtico himno que es pura motivación para tus oídos. Temas como “Shape Shifter” o “War of the Gods” nos mantuvieron totalmente arriba en excitación. Y llegaron los bises, no sin antes un pequeño parón, para el cual reservaron los que probablemente sean sus dos canciones más conocidas : “Twilight of the Thunder God” y “The Pursuit of Vikings” pusieron el punto final a la velada de Death Metal Melódico, con el grupo más en forma seguramente del género (después de ver a Arch Enemy hace 3 meses y a Children of Bodom hace un año os digo que no hay color en el apartado de directo, el estudio es otro cantar…)
El concierto puso su gran broche para un servidor al conseguir una púa de Olavi Mikkonen, que hizo aumentar más si cabe mi estado de auténtica exaltación. Solo decir que no os perdáis la próxima gira de estos monstruos, no os defraudarán.
Post realizado por el gran @Janodeoz89, un placer volver a contar con su colaboración.
El caso de Amon Amarth es parecido al de sus compatriotas Sabaton, una banda con un buen puñado de discos bajo el brazo, pero que en los últimos 4 o 5 años han pegado un buen pelotazo en cuanto a poder de convocatoria (basta el hecho de recordar que en sus anteriores visitas la banda tocaba en salas como la Bikini en Barcelona o la Heineken en Madrid donde cabían 600/700 personas). Nadie puede discutir el hecho de que “Deceiver of the Gods” sea probablemente el disco más importante en la carrera de Amon Amarth, han entrado en charts de ventas tantos europeos como americanos, han ganado muchos fans gracias a esa perfección de su death metal con tintes melódicos, puede decirse que han subido una división en nuestra particular liga del Metal. Y esto el propio grupo lo sabe, a nadie le pasa desapercibido que los suecos basan sus setlist en sus últimos discos, pasando por los primeros casi de puntillas (13 canciones de sus últimos 4 discos, por 4 de sus 5 primeros es algo muy significativo en su repertorio) .
Era una noche fría y lluviosa de jueves en Santiago de Compostela, pero eso no impidió que la sala estuviera prácticamente a reventar, mucha diversidad de edades convivían en el recinto, tanto los fans más antiguos de la banda como aquellos que se engancharon al grupo con sus últimos tres discos.
Savage Messiah fueron los primeros en tocar, pero por cuestiones de horario laboral no pude ver ni un mísero minuto del combo, una pena, porque en mi breve introducción a la discografía de la banda los días anteriores me habían parecido interesantes. Más interesantes que los siguientes teloneros, Huntress, que sin ser una mala banda me pareció que sus canciones eran una especie de “quiero y no puedo” donde todo se quedaba a medio gas, incluido el lado transgresor de su cantante Jill Janus, la cual mezclaba los tonos guturales con gorgoritos propios de Rob Halford con desigual resultado.
Centrándonos ya en los protagonistas de la noche, un servidor adelanto filas para ponerse en la zona caliente de la sala, enfrente a los protagonistas. No faltaban los asistentes con el mítico martillo y casco de vikingo (aún me extraña que no pongan un puesto de venta de estos artilugios, imitando a los omnipresentes cuernos diabólicos de AC/DC) En esta gira de salas de pequeño/mediano aforo no pudimos ver toda su escenografía ni toda la pirotecnia que se gastan en los grandes festivales, el barco tendrá que esperar a la próxima vez…
Se apagaron las luces aproximadamente a las 10 y media de la noche, y empezó a sonar la introducción, los nervios se empezaron a apoderar de los asistentes, hasta que el rugido del respetable estalló cuando vimos sentarse a Fredik Andersson en la batería, y uno a uno salieron los demás miembros. “Father of the Wolf” abrió la velada, un tema que es un auténtico torbellino y que se ha ganado el puesto ya entre sus grandes clásicos, al igual que el siguiente “Deceiver of the Gods” y su mágica introducción, que por lo menos a mí me pone los pelos absolutamente de punta. “Live for the Kill” continuó el concierto, pero antes pudimos escuchar por primera vez a Johan Hegg dirigirse al público, con su siempre presente buen rollo que transmite por los cuatro costados. “Varyags of Miklaagard” sustituyó en su concierto compostelano a “Free Will Sacrifice”, que era la que venían interpretando habitualmente, nadie salió perdiendo, cualquiera de las dos son de las mejores canciones dentro de su “Twilight of the Thunder God” del 2008. El sonido del concierto desde mi posición posiblemente no fuera el mejor, cualquiera sabe que estar en primera o segunda fila te garantiza una visión extraordinaria, pero no siempre es así con el sonido. Una vez finalizado el concierto la gente de posiciones más retrasadas me dijo que fue fabuloso, o sea que nada que reprochar a los suecos.
“Asator” fue una de las grandes protagonistas de la velada, su rapidez propia del Thrash Metal hizo que provocará los moshpits más fuertes de toda la noche, una gozada para cualquier metalero con sed de violencia sónica. “For Victory or Death”, “As Loke Falls” y “Bleed for Ancient Gods” fueron las siguientes en caer, pero la siguiente gran ovación de la noche se la llevó “Death in Fire”, probablemente el gran clásico de la primera época de la banda.
Para mí el concierto solo tuvo un pequeño bache, y ese fue “The Last Stand of Frej”, un tema totalmente prescindible, pesado, falto de gancho que nos bajo de revoluciones a todos de manera alarmante (que tocaran esta y dejaran en el tintero cosas como “Destroyer of the Universe” o “Runes to my Memory” es de traca), pero claro, si después enganchan con “Guardians of Asgaard” le perdonas todo y más, simplemente saltas y cantas con este auténtico himno que es pura motivación para tus oídos. Temas como “Shape Shifter” o “War of the Gods” nos mantuvieron totalmente arriba en excitación. Y llegaron los bises, no sin antes un pequeño parón, para el cual reservaron los que probablemente sean sus dos canciones más conocidas : “Twilight of the Thunder God” y “The Pursuit of Vikings” pusieron el punto final a la velada de Death Metal Melódico, con el grupo más en forma seguramente del género (después de ver a Arch Enemy hace 3 meses y a Children of Bodom hace un año os digo que no hay color en el apartado de directo, el estudio es otro cantar…)
El concierto puso su gran broche para un servidor al conseguir una púa de Olavi Mikkonen, que hizo aumentar más si cabe mi estado de auténtica exaltación. Solo decir que no os perdáis la próxima gira de estos monstruos, no os defraudarán.
Post realizado por el gran @Janodeoz89, un placer volver a contar con su colaboración.
Dio! que buena pinta tiene el directo de los vikingajos, espero verlos algún día. Un gran setlist el de esta gira por cierto.
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